El compositor valenciano Joan Gómez Alemany estrenaba ayer 24 de mayo su primera ópera en la Ópera de Graz (Austria). Un hecho musical muy poco frecuente entre los jóvenes y no tan jóvenes compositores, no solo valencianos sino también españoles, dado que nuestras instituciones operísticas escasamente fomentan la creación contemporánea. Por tanto, nos encontramos ante una noticia insólita y relevante. Además, para mayor interés, el mismo compositor acaba de publicar en la discográfica Liquen Records en estas mismas fechas, su nuevo álbum titulado 7 WORKS FOR CHAMBER MUSIC AND ENSEMBLE. Se reúnen aquí varios trabajos escritos a lo largo de varios años que cuentan con una de las agrupaciones musicales más prestigiosas de la actualidad, como es el Arditti Quartet. Dentro del mismo CD hay dos obras que han sido estrenadas en las misma Austria, dentro el Festival Impuls de Graz y por la agrupación musical también residente allí llamada Schallfeld Ensemble.
Fruto de los estudios de composición que Gómez Alemany ha realizado durante años en la Kunst Universität Graz (Universidad de Arte de Graz), este rico y complejo proyecto operístico da a luz y lo consolida a nivel internacional como una de las destacadas promesas entre los compositores de nueva generación en España. Su ópera de cámara, se titula Glücklich, die wissen, dass hinter allen Sprachen das Unsägliche steht (Felices los que saben que detrás de todos los lenguajes se encuentra lo indecible) y es para 4 cantantes (soprano, alto, tenor y bajo), 12 instrumentos y proyección de vídeo y fotos. Como se explica en la página web de la Ópera de Graz: La ópera de Joan Gómez Alemany es un teatro musical de ideas, sonidos, vídeos e imágenes, un proyecto interdisciplinar. Los tres grandes logros de la humanidad -el arte, la religión y la filosofía- por medio de los cuales el hombre explica el mundo son el tema de la ópera. Se desafía al público a recurrir a sus propias experiencias, porque sólo así es posible descifrar los acontecimientos, pero también las grandes cuestiones de la humanidad, y sobre todo, de forma deliberadamente individual.
Basada en textos seleccionados de Rainer Maria Rilke, Friedrich Hölderlin, Novalis, Angelus Silesius y Fernando de Rojas, la ópera es en idioma alemán y castellano. Junto a este collage de textos que crean una dramaturgia no narrativa y original, durante la representación se ve un cortometraje también hecho por el propio compositor, dado que estudió artes visuales en la Universitat Politècnica de València (UPV). Este cortometraje titulado Arma del diablo, cabeza del pecado, destrucción del paraíso está inspirado en La Celestina de Fernando de Rojas, y ya fue estrenado previamente en la Sala Berlanga de Madrid dentro del ciclo SGAE en Corto. Junto a este, los textos de varios poetas y autores alemanes como los citados anteriormente, crean una ópera original y contemporánea, fuera de los patrones usuales y convencionales. Esta se estrena el 24 de mayo pero tiene otras tres funciones el 30, 31 y 2 de junio.
Glücklich, die wissen, dass hinter allen Sprachen das Unsägliche steht se encuentra dentro de un programa conjunto que reúne otras tres óperas de cámara bajo el título general de Zeit. Vergänglich (Time. Efímero). Donde además de poder ver la ópera referida, está otra ópera escrita por una compositora surcoreana y dos compositores de Turquía y Hungría. El proyecto bajo la responsabilidad del director de escena Christoph Zauner y con dirección musical de Leonard Grams, se inscribe en el ciclo Opern der Zukunft (Óperas del futuro). Iniciado el 2007, la Ópera de Graz y la Universidad de Arte de Graz han estado cooperando para dar a sus estudiantes de composición la oportunidad para escribir quizás el género musical más desafiante que existe, la ópera.
Concluimos con ánimo de promocionar y difundir la nueva creación musical, con un texto que podemos leer en la página web de la Ópera de Graz. El dramaturgo Bernd Krispin hizo una pregunta a Joan Gómez Alemany, sobre qué significado tiene el género de la ópera para el futuro. El compositor respondió: La ópera del futuro debería ser algo natural. Pero debido a las realidades socioeconómicas, la música del pasado es la música del presente. Un repertorio antiguo que se repite sin cesar, sin dejar lugar a la creación contemporánea. Sólo en una utopía del futuro la música de hoy tiene su lugar auténtico, porque en el presente es marginada y casi inexistente.