Crítica teatral: HILOS – La rous Teatro – Carme Teatre (Valencia)

Por: Vicent Vila, autor y director teatral

NOSTALGIA DE UNA MADRE

Fotos de GERARDO SANZ.

Una vez más, La Rous Teatro, compañía afincada en Granada con una trayectoria impecable, aterriza en Valencia gracias a Carme Teatre donde un nutrido grupo de fans la aplaude y alimenta su arte con pasión y fidelidad. Entre algunos de sus reconocimientos figura el Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud de 2011, el Premio FETEN 2016 a la mejor Dramaturgia e Interpretación femenina y una larga serie de galardones que sería extenso enumerar.

Aquí nos presenta la historia de su madre, una mujer llena de vida, que dio luz a catorce hijos unidos a ella por unos hilos, hilos transparentes que los vinculan en modo indisoluble a su familia y que son la excusa material certera para la puesta en escena.

La trama no es original: proyecciones de fotografías en blanco y negro o sepia, referencias a canciones evocadoras de nuestra infancia, sonidos de bombardeos, homenaje a las largas sesiones de cine con pipas de girasol incluidas, etc… Pero Rosa Díaz utiliza todos estos elementos y muchos más enriqueciéndolos ingenua y bellamente, al tiempo que aprovecha hilos y enseres de costura, accesorios cotidianos y su hábil destreza escénica y narrativa  para sumergirnos en una trama que evoca nuestra infancia y a nuestras propias madres o abuelas.

Es innegable que la fuerza interpretativa de la actriz reforzada por la creatividad y mano segura de Joan Font e Itziar Pascual, aportan fondo y fuerza al espectáculo que se apoya con una eficaz escenografía de Davide Scata, el acertado y sorprendente vestuario de Laura León, la ajustada iluminación de Jose Diego Ramírez y Juan Felipe Tomatierra, por supuesto la evocadora música de Ángel Pereira  y una selección de canciones bastante sugerentes en su mayoría, aunque por momentos excesiva.

La clave del feliz resultado se descubre en la escena de los catorce partos, por llamarla de alguna manera: ahí vemos la Clown que Rosa Díaz lleva dentro y que brota de ella en una vertiginosa escena que tratada con delicadeza y amor plasma la dureza de una madre “bendecida” por tantos descendientes.

Merece resaltar la delicada aportación del mago Miguel Puga y la eficaz y milimétrica participación de Ernesto Monza, que desde la mesa técnica de luz y sonido ajusta el ritmo del espectáculo a niveles magistrales, con una seguridad y sensibilidad parejas al tono del espectáculo.

¡Felicidades a todas y todos!

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